Todos echamos de menos el verano, estar en la playa hasta que cae la tarde, los chapuzones en la piscina o que el sol nos acaricie el pelo o incluso que nos lo aclare. Lo malo de todo ésto es que tras la locura maravillosa de éstos días estivales nuestra piel y sobre todo nuestro pelo se resiente, tiene menos brillo, está más seco y tiende a romperse más.

Este año, la rentrée de mi pelo ha sido distinta gracias a Dolores Promesas.

Esta firma de moda española nació hace 10 años. Su personaje, Dolores Promesas tiene vida propia y muchas historias que contar. Representa una mujer decidida y valiente con la que cualquier mujer se puede identificar.

Dolores Promesas está diseñada para un público femenino que busca creatividad y estilo personal. Todos sus productos tienen su seña de identidad. Una mujer optimista y valiente que transmite un mensaje: Aquí estoy.

Justo para celebrar el décimo aniversario de la firma, lanzaron su primera línea de perfumería y yo he tenido la suerte de poder probar dos de sus productos para cabellos castigados.

Esta línea para cabellos dañados está compuesta por el champú y el acondicionador instantáneo y promete restaurar nuestro pelo.

Ambos están dermatológicamente testados y poseen en su composición keratina, que como sabéis es una proteína que tenemos en nuestro cabello y que con el paso del tiempo se debilita haciendo que nuestro pelo se seque y encrespe. Los productos que la poseen tienen como función principal la de reparar aunque también aportarán brillo y vitalidad al cabello.

Lo primero que me llamó la atención al recibirlos y tener los envases en mis manos fue lo bonitos que eran , tanto que da pena «usarlos». Y por otro lado, lo fieles que eran a la imagen retro tan característica y única de la firma, con sus lunares, la imagen de Dolores y hasta sus frases míticas.

Lo segundo sin duda su olor, que puede que no me «conquistara» a priori pero que cuanto más uso más me gusta, entre otras cosas porque dura bastante lo que te da mayor sensación de «pelo limpio».

El champú 0% de parabenos «promete» devolver la vida al cabello, darle brillo y nutrirlo de raíz a la punta. Además de hacerlo más manejable y más fácil de peinar evitando así que se rompa.

Desde el primer lavado lo noté más hidratado y con más brillo, me encanta la suavidad que deja.

El acondicionador instantáneo promete luchar contra el odiado y temido encrespamiento gracias también al aceite de argán que lleva y aportar una dosis extra de hidratación.

Es bifásico, no necesita aclarado. Se aplica sobre el cabello mojado y limpio después de agitar el producto y se deja actuar (sin aclarar).

Si el champú me ha gustado, el acondicionador me ha literalmente enamorado. Vivo en Málaga y aquí la humedad es un clásico con el que vivimos y sabemos que eso implica encrespamiento 😯. Desde que he empezado a usarlo mi pelo está mucho más hidratado, se me queda más liso, se me enreda mucho menos y el encrespamiento se ha reducido de una forma brutal, vamos repito sí o sí 😉.

En resumen, lo mejor de estos dos productos no está fuera, y eso que son preciosos.  Espero que os haya gustado mi primer post de belleza.

Buen fin de semana y a lucir pelazo 👱con Dolores Promesas.

Besos,

Alicia